Judas Iscariote
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   Judas Iscariote fue el apóstol traidor. Tal vez era nativo de"Kraiot" en hebreo Ish-Kraiot,, aldea de Judea. Juan lo describe como ladrón (Jn. 12. 6) y codicioso. Y según Mateo y Marcos, la acción traidora se hizo por 30 monedas de plata.
   Jesús era consciente de su traición y se la desenmascaró en la Ultima Cena, aunque sin delatarle ante los otros Apóstoles y sin lograr su conversión (Jn. 13.23-29). Cuando Judas conoció la consecuencia de su traición, se arrepintió, quiso retroceder y se suicidó abrumado por los remordimientos, hecho que se relata con algunas diferencias en el texto evangélico: Mt. 27. 3-5 y Hech. 1. 16-20).
   La figura de Judas, dolorosa, incomprensible, perturbadora, quedó siempre en el pueblo cristiano como horrorosa y negativa. Sin embargo, teológicamente resulta desconcertante, misteriosa y muy distante de un juicio fácil de condenación a pesar de las mismas palabras de Je­sús: "Más le valiera no haber nacido" (Jn. 13.10; Mt. 26. 21-24; Jn 13. 21).
   Por eso ha dado tanto que hablar en el arte, en la literatura e incluso en la teología, que le miraron como pecador impenitente y como desesperado del perdón divino a juzgar por su suicidio.
   Es bella la leyenda que le hace encontrarse con Pedro en la noche de la condena y fantasear con el diálogo: "He negado al Maestro, soy pecador, que El me perdone", del uno; y "He vendido al Maestro. Soy pecador, ya no tengo perdón".